lunes, 20 de agosto de 2007

El pez



Mas o menos el Viernes 17 de agosto de 2007
Empecé a ver al pez feo de mi papá. El pez estaba medio tambaleado, con los ojos extraños. Ya no estaba tan feliz como los demás peces.

Yo en verdad nunca me fijaba tanto en los peces ya que lo único que hacían era nadar, flotar y comer. Para mí, los peces nunca me han parecido divertidos excepto en Discovery Channel, cuando son tan particulares, grandes, brillantes, gordos, flacos y de grandes variedades, tamaños, tipos y especies. Pero en mi casa, siempre han sido tres peces naranjas y gordos que flotan de un lado a otro y te miran feo. Para mí los peces no significaban nada, ni notaba que estaban alli mirándome, mientras escribía en la computadora. Hasta que un día uno de los peces empezó a tambalear extraño. No flotaba y se quedaba en una esquinita volteado. Cuando vino mi papá del trabajo yo le dije sobre el pez,pero él no le prestó mucha atención, ya que en el pasado se habian muerto otros peces.

Pero en este caso me pareció muy trite y pensé:- una vida es algo inigualable, por favor, no cualquiera puede tener una vida, si lo piensan, si las sillas tuvieran sentimientos y pudieran hablar o respirar, estarían robándose la comida, gritándo cada vez que nos sentáramos encima de ellas, y quien sabe, a lo mejor tuvieran hijos sillas y fuera un problema para la familia que vive con las sillas, pero para las sillas sería un gran milagro.

Después de esa gran reflexión del pez que se murió, pensé que cómo podía ser tan cruel, para no alimentarlos, prestarles atención y mucho más que se les puede hacer a estos bichitos tan especiales, que en la vida no tiene tanta emoción hasta que se mueren, fallecen o como a veces dicen, se quedan dormidos y ya...
La próxima vez que vuelva a ver un pez tan feo, como el que se murió, voy a pensar mejor y le voy a prestar atención . :P

7 comentarios:

Aliana dijo...

La muerte es otra parte de la vida, y como tal, hay que saber vivirla...Algún vez tocará, más tarde o más temprano -despedirnos de familiares muy queridos- lo que siempre será muy doloroso. He pensado que hay una especie de tabú con este tema, por lo que en general se habla poco sobre él. Me parece importante afrontarlo. En este caso, lo haces con el caso del pez, y en tu historia dejas muy en claro que no tienes ninguna conexión especial con el pez - ni siquiera tu papá- por lo que su muerte no te afecta...sin embargo te hace pensar sobre la muerte, y en contrapeso, sobre la vida (si las sillas vivieran...) Valorar la vida es, me parece, la conclusión más importante.
Me encanta tu texto, Mariana, me parece además que estás encontrando temas fabulosos en hechos cotidianos, que parecen poco relevantes. Tiene mucha creatividad y humor. Creo que serás una gran escritora, si sigues este rumbo

Mariana dijo...

gracias por el comentario un besote mami ...pero en realidad si creo,,que sí baloraba al pez si no no ubiera escrito sobre el, creo en si es el mensaje que tiene que dar que al final balore el pez y los otros peces feos que bendran en el futuro para falleser y nunca bolber a la bida.....

Glo dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Glo dijo...

Mi perro Gus fue una mascota especial, entre otras razones porque tuvo una muerte misteriosa. Durante su larga vida, en la que creo fue feliz, hizo honor a su nombre: era como un capo mafioso con guardaespaldas y matones (perros más grandes y menos listos que él), que le hacían "el trabajo sucio". Un día, ya canoso y casi desdentado, apareció muerto enmedio de la plaza del pueblo. Yo siempre he sospechado que no fue una muerte natural, sino un ajuste de cuentas... Pero, como cabía esperar, no hubo investigación.

Fernando Núñez Noda dijo...

Mariana:

Tienes razón, la vida es un milagro, insustituible y hay que cuidarla ahora más que nunca, que el ser humano la ha puesto en peligro globalmente.

En cuanto a las sillas, no sé, me parece que en mi casa las sillas del comedor tuvieron un hijo: un banquito para poner los pies (ja, ja).

Un besote de un lector consecuente,

Fernando

Milagros González dijo...

¿Te acuerdas de Ofelia,mi perrita? tal vez no, porque eras muy pequeña. Aunque hace muchos años que se fue, todavía me acompaña. A veces voy a entrar a la casa y siento que está esperandome emocionada detrás de la puerta. Pero esa extraña sensación no me asusta, más bien me trae alegría, porque me recuerda que la muerte no termina de alejarnos de los seres queridos. No quiero decir que Ofelia sea un fantasma que está por la casa no (jajaja), sino que aunque se fue, está en mi corazón, en mis recuerdos, y eso me hace muy feliz.

mamá dijo...

Me gustó la historia del pez, es muy bonito escribir ¿verdad?, uno se siente muy feliz cuando ha terminado un relato. Es la acción creadora, cuando de tu pensamiento o de tus manos inventas o haces algo y lo miras, y lo perfeccionas hasta que quedas satisfecha. Además le has prestado una especial atención a la ortografía. Que bueno. Te felicito.abuela alicia