
Mas o menos el Viernes 17 de agosto de 2007
Empecé a ver al pez feo de mi papá. El pez estaba medio tambaleado, con los ojos extraños. Ya no estaba tan feliz como los demás peces.
Yo en verdad nunca me fijaba tanto en los peces ya que lo único que hacían era nadar, flotar y comer. Para mí, los peces nunca me han parecido divertidos excepto en Discovery Channel, cuando son tan particulares, grandes, brillantes, gordos, flacos y de grandes variedades, tamaños, tipos y especies. Pero en mi casa, siempre han sido tres peces naranjas y gordos que flotan de un lado a otro y te miran feo. Para mí los peces no significaban nada, ni notaba que estaban alli mirándome, mientras escribía en la computadora. Hasta que un día uno de los peces empezó a tambalear extraño. No flotaba y se quedaba en una esquinita volteado. Cuando vino mi papá del trabajo yo le dije sobre el pez,pero él no le prestó mucha atención, ya que en el pasado se habian muerto otros peces.
Pero en este caso me pareció muy trite y pensé:- una vida es algo inigualable, por favor, no cualquiera puede tener una vida, si lo piensan, si las sillas tuvieran sentimientos y pudieran hablar o respirar, estarían robándose la comida, gritándo cada vez que nos sentáramos encima de ellas, y quien sabe, a lo mejor tuvieran hijos sillas y fuera un problema para la familia que vive con las sillas, pero para las sillas sería un gran milagro.
Después de esa gran reflexión del pez que se murió, pensé que cómo podía ser tan cruel, para no alimentarlos, prestarles atención y mucho más que se les puede hacer a estos bichitos tan especiales, que en la vida no tiene tanta emoción hasta que se mueren, fallecen o como a veces dicen, se quedan dormidos y ya...
La próxima vez que vuelva a ver un pez tan feo, como el que se murió, voy a pensar mejor y le voy a prestar atención . :P